¿Cuáles son los objetivos de la cirugía de orejas?
La otoplastia, también conocida como cirugía de orejas, busca mejorar la forma, el tamaño y la posición de los pabellones auriculares. Se realiza cuando existe una diferencia estética o estructural que afecta la proporción facial. Esta intervención puede considerarse desde los 6 años de edad, momento en el que las orejas ya han alcanzado su desarrollo casi completo y el cartílago conserva la flexibilidad necesaria para una corrección efectiva.
Realizar la cirugía en etapas tempranas puede ayudar a reducir el impacto emocional asociado con la apariencia, especialmente durante la adolescencia, cuando la imagen corporal adquiere mayor relevancia. En personas adultas, la otoplastia también ofrece resultados satisfactorios, ajustados a cada necesidad individual. Generalmente, se emplea anestesia general en niños y anestesia local en personas adultas, priorizando la seguridad y el bienestar durante el procedimiento.
En todos los casos, el objetivo principal es obtener orejas simétricas, con un aspecto armónico respecto al rostro. Además, se busca que las cicatrices sean poco visibles y que el proceso de recuperación sea breve y controlado, permitiendo retomar las actividades habituales en poco tiempo.
¿Cómo es el procedimiento y postoperatorio de la cirugía de orejas?
Durante la otoplastia, el cirujano realiza incisiones en el pliegue posterior de la oreja, una zona discreta que permite ocultar las cicatrices. A través de estas incisiones, se accede al cartílago para moldearlo con suturas permanentes o mediante resecciones mínimas, según las características de cada caso.
El procedimiento en ambas orejas suele durar cerca de dos horas. En personas adultas, se emplea anestesia local con sedación ligera. En niños, se utiliza anestesia general para ofrecer mayor comodidad y seguridad durante la intervención.
Al finalizar la cirugía, se aplica un vendaje compresivo suave que ayuda a mantener la posición de las orejas y controlar la inflamación. Este vendaje inicial se retira durante la primera cita posoperatoria. Luego, se indica el uso de una banda elástica alrededor de la cabeza, tanto de día como de noche, durante dos o tres semanas. Posteriormente, se continúa su uso únicamente en la noche hasta completar entre cuatro y seis semanas, de acuerdo con la valoración médica.
En la mayoría de los casos, las actividades cotidianas pueden retomarse pocos días después de la otoplastia. La inflamación y los hematomas disminuyen progresivamente durante las primeras dos semanas. Para evitar complicaciones, se recomienda postergar los deportes de contacto hasta recibir aprobación médica.
Seguir las recomendaciones profesionales y acudir a los controles programados favorece una recuperación estable, con resultados estéticos predecibles y de larga duración.
- Duración de la cirugía: 1 a 2 horas
- Tiempo de incapacidad: 1 semana
- Tipo de anestesia: General o local
- Costo de valoración: COP $180.000
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¿Cómo son las cicatrices de la otoplastia?
En la mayoría de los casos, las incisiones de la otoplastia se realizan en el pliegue posterior de la oreja. Esta ubicación permite que las cicatrices permanezcan ocultas tanto desde una vista frontal como lateral. Solo en situaciones específicas, cuando se corrigen detalles en la parte anterior del cartílago, podría quedar una pequeña marca visible en esa zona. En tales casos, el diseño de la incisión busca que la cicatriz resulte lo más discreta posible.
Las incisiones suelen ser cortas, de apenas unos centímetros, lo que genera cicatrices finas y lineales. Durante las primeras semanas, es común que estas se presenten rojizas o con una textura ligeramente firme, lo cual forma parte del proceso natural de cicatrización. Para mejorar su evolución, es fundamental seguir las indicaciones médicas, que incluyen una adecuada higiene, protección solar y, cuando se considere necesario, el uso de geles o láminas de silicona.
Con el paso del tiempo, la mayoría de las cicatrices se atenúan y se vuelven poco visibles, incluso imperceptibles en condiciones normales. Las revisiones periódicas con el cirujano ayudan a monitorear su progreso y, si corresponde, aplicar tratamientos complementarios para optimizar el resultado estético.
¿Cuáles son los riesgos asociados con la cirugía de orejas?
La otoplastia es un procedimiento seguro con alta tasa de satisfacción, especialmente cuando se realiza bajo protocolos médicos estandarizados. No obstante, como en toda cirugía, existen riesgos que deben conocerse y abordarse de manera informada.
- Hematoma: Puede formarse una acumulación de sangre bajo la piel. En la mayoría de los casos, se controla con compresión, aunque en ocasiones requiere drenaje.
- Infección: Es poco común, pero puede afectar tanto la piel como el cartílago. El tratamiento incluye antibióticos y cuidados locales específicos.
- Inflamación o enrojecimiento persistente: Son reacciones frecuentes en la fase inicial de recuperación. Si se prolongan, es fundamental acudir a valoración médica.
- Cicatrización hipertrófica o queloide: Algunas personas presentan predisposición a cicatrices engrosadas. En estos casos, se indican medidas preventivas según el criterio del cirujano.
- Cicatriz visible: Aunque las incisiones se ubican en zonas discretas, una cicatrización menos favorable puede hacerlas perceptibles. El seguimiento médico oportuno contribuye a minimizar este riesgo.
- Asimetría o necesidad de ajustes: En algunas situaciones, se puede requerir una segunda intervención para afinar la simetría o la proyección.
- Efectos secundarios de la anestesia: En adultos, se emplea anestesia local con sedación suave. En menores de edad, suele preferirse anestesia general. Es posible experimentar náuseas, somnolencia o reacciones menos frecuentes que deben ser monitorizadas.
La evaluación preoperatoria, el uso de técnicas adecuadas y el cumplimiento estricto de las indicaciones postoperatorias son factores clave para reducir complicaciones y lograr un resultado satisfactorio.
¿Es posible que las orejas vuelvan a su posición original después de una otoplastia?
Cuando la otoplastia se realiza con una técnica precisa y se siguen las indicaciones postoperatorias, la probabilidad de que las orejas regresen a su forma inicial es baja. Sin embargo, algunos factores pueden influir en un leve cambio de posición con el tiempo.
Uno de los aspectos relevantes es la resistencia natural del cartílago. En ciertos casos, el cartílago presenta lo que se conoce como "memoria estructural" y tiende a recuperar parcialmente su curvatura original. Para evitarlo, es esencial debilitar de forma controlada el cartílago durante la intervención.
La firmeza de las suturas también desempeña un papel importante. Estas deben ser permanentes, estar bien ancladas y colocarse a la profundidad adecuada para garantizar una fijación duradera.
Por otra parte, los cuidados durante la recuperación son clave. No utilizar la banda de protección recomendada, manipular la zona de manera repetitiva o recibir traumatismos durante la cicatrización pueden favorecer un desplazamiento parcial.
En general, la maleabilidad del cartílago en la infancia favorece resultados más estables. En pacientes adultos, la estabilidad a largo plazo depende de la técnica quirúrgica y del cumplimiento riguroso de las recomendaciones postoperatorias. Las revisiones periódicas permiten detectar cualquier variación a tiempo y, si es necesario, implementar ajustes menores para preservar el resultado estético.
¿Cuáles son las contraindicaciones para realizar una cirugía de orejas?
La otoplastia es un procedimiento seguro cuando se indica correctamente, aunque existen situaciones en las que no se recomienda realizarla de forma inmediata. Algunas condiciones pueden requerir evaluación adicional o tratamiento previo antes de considerar la intervención.
Por ejemplo, no se sugiere realizar la cirugía de orejas en personas menores de 6 años, ya que el pabellón auricular aún se encuentra en desarrollo. Intervenir antes de tiempo podría alterar los resultados a medida que continúa el crecimiento.
También es importante posponer el procedimiento si existe una infección activa en la piel o el cartílago de la zona, ya que esto aumenta el riesgo de complicaciones postoperatorias. En estos casos, se indica el tratamiento adecuado y se reprograma la cirugía cuando se hayan restablecido las condiciones de seguridad.
Además, es necesario tener precaución en personas con alteraciones importantes en la coagulación o enfermedades crónicas descompensadas, dado que podrían incrementar los riesgos asociados con la cirugía.
Asimismo, quienes tengan antecedentes de cicatrización hipertrófica o tendencia marcada a formar queloides deben ser informados sobre los cuidados y opciones terapéuticas complementarias en caso de requerirse tratamiento posterior.
Por último, se recomienda realizar una valoración integral cuando existen expectativas poco realistas sobre los resultados. La cirugía debe ajustarse a las posibilidades técnicas y a los límites anatómicos de cada caso.
Durante la consulta prequirúrgica, el cirujano evalúa el estado general de salud, el historial clínico y la anatomía auricular. Si se detecta alguna contraindicación temporal o permanente, se explican las alternativas disponibles y se ofrece un plan personalizado para preservar la seguridad y lograr un resultado predecible.
¿Cuáles son los cuidados y recomendaciones después de una cirugía de orejas?
Después de una otoplastia, es fundamental seguir cuidadosamente las indicaciones posoperatorias para favorecer una recuperación adecuada y reducir el riesgo de complicaciones. El doctor Henrique de la Peña, adaptará estas recomendaciones a las características individuales de cada caso.
- Uso de banda elástica: Se recomienda llevar una banda de compresión o diadema durante todo el día, al menos por 2 a 3 semanas. Posteriormente, debe utilizarse solo durante la noche, hasta completar entre 4 y 6 semanas, según la evolución clínica.
- Evitar manipulación: No se debe doblar, presionar ni retirar el vendaje inicial sin autorización médica. Cuidar el área tratada evita alteraciones en la forma final.
- Actividad física: En la mayoría de los casos, es posible caminar a partir de las 48 horas si hay comodidad. Sin embargo, conviene evitar deportes de contacto o movimientos bruscos por al menos 8 a 10 semanas.
- Cuidado de la piel y protección solar: Una vez retirados los apósitos, se debe proteger la zona de exposición solar directa. Aplicar protector solar de amplio espectro sobre la cicatriz ayuda a prevenir pigmentaciones no deseadas.
- Higiene y curación: Se aconseja limpiar la zona con solución salina o antiséptico indicado. La aplicación de pomadas recomendadas favorece el proceso de cicatrización y reduce el riesgo de infecciones.
- Reposo y postura al dormir: Dormir boca arriba, con la cabeza ligeramente elevada, durante la primera semana contribuye a controlar la inflamación. Es útil colocar almohadas a los costados para evitar apoyar las orejas de forma accidental.
- Controles médicos: Asistir puntualmente a las citas programadas permite al cirujano realizar el seguimiento adecuado, ajustar el tratamiento y retirar puntos o vendajes en el momento oportuno. Ante cualquier señal de alarma, como dolor intenso, aumento de volumen o secreción, es clave notificarlo sin demora.
El cumplimiento de estas pautas favorece una recuperación segura y permite mantener de manera estable el resultado estético alcanzado con la cirugía.
¿De qué depende el precio de una otoplastia en Bogotá?
El costo de una otoplastia en Bogotá está determinado principalmente por la complejidad del procedimiento y los recursos que se requieren para llevarlo a cabo. En intervenciones sencillas, como el reposicionamiento de las orejas hacia una ubicación más cercana al cráneo, el tiempo quirúrgico suele ser menor, lo cual reduce los costos asociados.
Por el contrario, las correcciones complejas como en casos de malformaciones congénitas, lesiones previas o cirugías de revisión, implican técnicas avanzadas y mayor duración en quirófano, lo que incrementa el presupuesto final.
El tipo de anestesia también influye de forma directa. En personas adultas, es común utilizar anestesia local, lo que permite disminuir costos al no requerir monitorización prolongada ni presencia continua del equipo de anestesiología. En población pediátrica, en cambio, se prefiere la anestesia general, que requiere recursos adicionales y, por tanto, implica una inversión mayor.
Adicionalmente, factores como la edad, la estructura del cartílago y la elasticidad de la piel inciden en la planeación quirúrgica. Por ejemplo, en personas jóvenes, el cartílago suele ser más flexible, lo que facilita ciertos ajustes. En quienes han recibido cirugías previas, puede ser necesario modificar la técnica, lo que también impacta en los requerimientos y el tiempo de intervención.
Para calcular un presupuesto preciso, es indispensable realizar una valoración médica individual. Esta consulta permite determinar el tipo de corrección necesaria, definir la técnica más adecuada y seleccionar los recursos que garanticen un resultado seguro, estético y duradero.
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Doctor Henrique de la Peña Cirujano Plástico

En mis 20 años de experiencia como especialista y 30 años como facultativo de la medicina, he dedicado mis esfuerzos a lograr la excelencia académica y la mejor ética profesional. Soy docente de cirugía plástica en la clínica universitaria Shaio, lo que me permite mantenerme a la vanguardia de las últimas técnicas en procedimientos faciales y corporales.
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